Bertha Escobar, decana de la Facultad de Salud de la Universidad Católica de Temuco reconoce que la ansiedad tiene mala fama, pero es necesaria.

“Es una emoción que nos prepara y nos anticipa que estamos ante un peligro generando en nosotros un estado de alerta y que producirá una respuesta de lucha o huida, es decir, enfrentarnos al peligro o escaparnos de él”, señaló durante el webinar «Cómo controlar el miedo y la angustia» de la campaña «Cuídame, Cuídanos, Cuidate», remarcando que es gracias a la ansiedad que hemos sobrevivido como especie.

Estas situaciones se hacen más comunes cuando se presenta una crisis como una pandemia y el confinamiento, lo que genera impactos. “Pero una crisis no es igual para todos”, afirma, agregando que esto depende de factores como el estresor y el significado psicológico subjetivo; el estado de vulnerabilidad y recursos de la persona; y el tipo de ayuda o recursos externos que la persona puede recibir o usar con posterioridad a la actuación del estresor.

Escobar, advierte que en este escenario es clave la significación propia. Y en ese ámbito, “reconocer las emociones que experimentamos y saber cómo o porqué se producen, nos permite disminuir el impacto que ese estado emocional puede tener en las decisiones que tomamos, en la forma en que actuamos y en cómo nos sentimos”.

Con ello, se refiere a la necesidad de la autorregulación y adquirir conciencia de la interacción entre emoción/pensamiento y conducta, lo que permite tomar decisiones sobre el propio accionar, pero al mismo tiempo gestionar emociones de distinto tipo, disminuir las respuestas impulsivas y buscar formas más saludables de expresión.

 

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